martes, 2 de diciembre de 2014

Caminos


Por ellos se llega, por ellos se empieza, por ellos se vive, por ellos se progresa, en ellos se rumia, en ellos se sufre, en ellos se es feliz, por ellos se reza, se canta, se avanza... por ellos se envejece... 

Salen de los pueblos, llegan a los pueblos, cruzan valles, montes, veredas, ríos, llanuras de lejanías inmensas, bosques sombríos. Por los caminos viejos, centenarios, milenarios, caminaron poetas, guerreros, guerrilleros, clérigos, comerciantes, vagabundos y filósofos; por ellos fueron hombres y mujeres a sus huertos, a sus trigales, a sus olivares, a sus sembrados... 

Y por ellos, hoy mismo, no demasiado alejado de los pueblos y las aldeas, camina el hombre derrotado, de espaldas encorvadas por el peso de los años, con su gorra y su bastón, con su perro fiel, mientras rumia sus penas, llora sus soledades, lamenta su desnudo atardecer. 

Tocan las campanas, vuelan los pajarillos, se mueven las miéses con sus amapolas por el abrazo de las brisas perfumadas, pasan las nubes de algodón grisáceo, y a lo lejos ruge un tractor; ladran los perros, y el hombre, llena sus silencios de nostalgias y añoranzas... ¡soledad! vacío, ingratitud, abandono... mucha vida y mucho sacrificio detrás, ¿y ahora? ahora a esperar que tras los arreboles del ocaso, le abrace el buen Dios.

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