viernes, 28 de noviembre de 2014

¡Caminar!

No es cualquier cosa. Llevo casi 15.000 kms. andados y sigo cada día con mis largos paseos casi siempre por caminos solitarios. ¡Qué bello es el silencio....." la oración de la soledad"... No tiene desperdicio el caminar, -el deporte más antiguo, más sano, más barato y tal vez más completo; pero hay que hacerlo cada día, o de manera muy regular. Para mí, como para muchos, es una necesidad vital. 

Suelo ponerme en marcha al amanecer, normalmente antes de la salida del sol, que es un espectáculo. Cuando camino pienso, recuerdo, programo, me examino en los adentros, rezo, escucho los silencios sonoros, observo el color de los campos, a los árboles floridos, o no, veo pasar las nubes, o escudriño los azules infinitos y me emociono pensando en los amigos lejanos, en los que ya partieron... en Dios.  

Y disfruto viendo las florecillas olvidadas, alguna mariposa, a los pajarillos inquietos o, con suerte, admiro el volar majestuoso de alguna águila; y respiro brisas perfumadas. De cuando en cuando subo a la montaña, donde siempre he estado en duras ascensiones de varias horas. Si cojo mochila con agua, fruta y algún bocata, es que la cosa va de veras. Ahora lo hago menos porque me voy haciendo persona de juventud acumulada. 

¡Caminar! Ahí es donde el espíritu se estimula y fluyen los pensamientos más limpios; las ideas se aclaran y, sin duda, todo mejora: cuerpo y espíritu. Luego están el trago de agua fresca, la sombra en día caluroso, el inmenso valle, el bosque frondoso, el murmullo de la arboleda, el silencio profundo en el que uno se da cuenta de que lo importante lo tenemos gratis, y que la verdad de la vida está en el amor... en el que nos acerca a Dios. 

¡Que triste será el día en que ya no pueda caminar! La alternativa será volar con la imaginación; entonces tal vez me consuele diciendo ¡que me quiten lo andao!. Caminante, sí hay camino y tú lo tienes que andar. ¡Cuánta paz hay, y cuanta libertad se vive en cualquier loma, en cualquier cumbre, en cualquier camino lejano y solitario... y qué precioso es todo si además tienes alguien que te espera...!

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